Beatriz Eugenia Díaz. Jardín del Edén.
Lab3
Artista Beatriz Eugenia Díaz
Inauguración: 17 de julio, 6:30 p.m.
Hasta el 6 de octubre.
La búsqueda de lo espiritual a través del arte, sumada a una indagación insistente de muchos
artistas por percibir y representar la realidad metafísica, ha sido una constante a lo largo de la
historia. La creación artística se presenta así como un campo excepcional de observación y
entendimiento, una manera de aprehender el mundo que apela al poder de la intuición para
captar el misterio de lo desconocido. Ya en 1801 el poeta romántico Novalis escribió: “todo
lo que es visible se relaciona con lo invisible, lo audible con lo inaudible”.
En el universo del arte tanto la música como las exploraciones ligadas a la escucha y al
sonido –por su condición inmaterial y atemporal–, ofrecen un paradigma de abstracción y una
herramienta para mediar entre el mundo de los fenómenos y el del espíritu. El papel del
sonido en el arte contemporáneo ha crecido e incluso creado su propio nicho, y con ello gesta
una ontología artística que abarca las relaciones nebulosas con el sonido cotidiano y los
entornos íntimos y sociales a través de la escucha atenta.
Para los antiguos griegos la música ‒con su poder para afectar el alma, las acciones de la
humanidad y revelar el orden oculto del cosmos‒ era un arte de inspiración divina. En el siglo
VI a. C. Pitágoras, filósofo y matemático griego, pensó en la armonía del cosmos como la
perfecta proporción entre las partes y el todo, en un sentido matemático y esotérico, y desde
allí propuso su teoría de las esferas según la cual el universo está gobernado por proporciones
numéricas armoniosas y el movimiento de los cuerpos celestes se rige según proporciones
musicales: “Hay música en todas las cosas, la Tierra no es más que un eco de las esferas”.
Una idea que proviene de la antigüedad y resuena hoy con las nociones de sonosfera, paisaje
sonoro, y ecología acústica promovida por muchos artistas que trabajan desde una
perspectiva sonora.
A través de su práctica artística Beatriz Eugenia Díaz (Bogotá, 1965) ha explorado
ampliamente las relaciones entre lo visual y lo musical evocando, de manera sutil, temas
espirituales. En cada uno de sus trabajos, la artista combina su historia personal, apartes de
obras ya realizadas, su universo esotérico y el contexto específico del lugar donde estos son
presentados. Como en un palimpsesto, las obras de Díaz recogen toda la memoria que le
antecede así como grandes preguntas existenciales que, como particularidad, siempre están
guiadas por una interpretación de los números, los cuales le sirven de oráculo para la toma de
decisiones.
Jardín del Edén es un proyecto para el Museo de Arte Moderno de Medellín que parte de la
metáfora bíblica sobre el paraíso y sobre el cual la artista comenta: “¿De dónde viene Jardín
del Edén? Pienso en el Génesis como el relato que puso a los humanos por encima de la
naturaleza. No es Dios quien creó al mundo, fue la cabeza de un hombre quien creó ese relato
que se ha repetido de generación en generación. En el disco que produje para esta exposición,
son once y once minutos, el lado A y el lado B. Suman veintidós. Como las veintidós letras
del alfabeto hebreo, como los veintidós arcanos del tarot, como un todo, la totalidad. Once
son dos unos. Como Adán y Eva.”
Para la creación de esta instalación, Díaz viajó al lugar donde transcurrió su infancia y al
lugar que le sirvió de inspiración de una obra anterior, Naturaleza oculta (2017), donde las
raíces de algunos árboles agonizantes le enseñaron la relación entre la memoria, los límites y
la libertad. Allí capturó muestras del paisaje sonoro las cuales modificó mediante procesos de
síntesis de audio hasta componer los dos lados de un disco. Los visitantes a esta exposición
en el MAMM podrán escuchar el lado A amplificado en un sistema tradicional de tocadiscos
a manera de loop en dos altavoces visibles en el espacio, mientras que la cara B suena en un
sistema de cinco altavoces ocultos. El lado A contiene una atmósfera de sonidos que se funde
con la interpretación al piano que la artista ha hecho del Preludio en Do Mayor de J. S. Bach,
pieza que para ella representa la nostalgia y la metáfora del Jardín del Edén.
Todos los elementos sonoros y visuales de la instalación tienen un propósito que Díaz ubica
de forma minuciosa en el espacio: hizo presentes los sonidos sintéticos y también tapizó la
sala con grama artificial. La artista describe este componente de la instalación así: “La grama
sintética representa el verde y la vida, pero también un afuera simulado, lo sintético de la
composición. El equipo de sonido, el tocadiscos y el disco representan el lugar de devoción,
el eterno retorno... el Jardín del Edén. El lado B del disco reproduce un conjunto de
vibraciones repetidas. Es la representación del deseo de unirse al Universo, al Todo. Como si
fuera un mantra, se repite como un instrumento para vaciar la mente. Las vibraciones
provienen de los sonidos que producen algunos seres vivos para comunicarse. El lado A del
disco representa el pasado, la nostalgia que nos produce la extinción de los humanos en el
Paraíso. En el espacio, presentimos la extinción del Paraíso”.
Beatriz Eugenia Díaz (Bogotá, 1965), realizó sus estudios de Artes Plásticas en la
Universidad de los Andes y de Música, en el Conservatorio de la Universidad Nacional de
Colombia y en la Universidad de los Andes, además de con profesores y maestros en Viena,
Austria y Bogotá. Sus obras plantean la interrelación de lenguajes, en las que el número ha
actuado como elemento mágico y principio unificador, y en las que la música ha estado
siempre presente como práctica artística, como referente para la representación, como un
interés por el concepto de tiempo, como no-materia, actuando y modificando la percepción de
los espacios.
Entre sus exposiciones individuales recientes se destacan: Apical, capilar, radical, Lugar a
Dudas, Cali (2018); Naturaleza oculta, Galería Casas Riegner, Bogotá (2017); Primero
estaba el mar en Barrio Abajo Centro de Creación Contemporánea, Barranquilla (2016);
Polaris, IV Premio Luis Caballero en Galería Santa Fe, Centro Cultural Planetario de Bogotá
(2007).
Actualmente se desempeña como asesora de proyectos de grado en Arte, en la Universidad de
los Andes; como profesora invitada en la maestría en Artes Plásticas y Visuales de la
Universidad Nacional de Colombia y como profesora de cátedra en la Universidad El Bosque
y la Pontificia Universidad Javeriana.
Imagen: Beatriz Eugenia Díaz