Páramo se forma en la Escuela Nacional de Bellas Artes, junto al grupo de jóvenes artistas que asisten a la primera cátedra de paisaje en Colombia, modalidad a la que, posteriormente, habría de dedicar toda de su producción. La llamada Escuela de la Sabana nace de un interés colectivo y acentuadamente nacionalista por exaltar la belleza de la naturaleza y el paisaje colombiano, que tuvo como influencias al impresionismo y la Escuela de Barbizon, principalmente.
La mayoría de los paisajes de Páramo no exceden el tamaño de una postal; privilegió la pintura al óleo sobre cartón produciendo láminas en formatos pequeños, cargadas de cierto bucolismo y sosiego. En su mayor parte son paisajes de la sabana bogotana, en los que, como en este caso, aparecen arquitecturas típicas de la zona, insinuadas a través de pequeñas y aisladas casas, dando cuenta de lo predominantemente rural que era aún el territorio nacional. Los suyos son paisajes contemplativos pintados al aire libre, en los que verdes y azules prevalecieron en pinceladas cortas y en los que la figura humana pocas veces aparece.
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