Lejos de la asepsia que en algunos casos conllevan las exposiciones exclusivamente de arte, este proyecto intentará transmitir la riqueza y la complejidad de la ciudad actual a través del arte pero también de la arquitectura, la música, la danza y otras prácticas asociadas al movimiento y la performatividad, de las iniciativas de ciudad y las organizaciones comunitarias. En ella se reunirán imágenes, sonidos, movimientos, palabras y procesos que ayuden a comprender el lugar de habitación, y también de enunciación, de las comunidades creativas de los distintos territorios de la ciudad. El arte urbano, distintas formas de danza, múltiples expresiones musicales y procesos de base se articularán para intentar dar al visitante una imagen de lo que es Medellín hoy, más allá de los guiños publicitarios y las agendas políticas.
La exposición reunirá experiencias de distintas zonas del área metropolitana y buscará generar alianzas con organizaciones de diversa índole para tejer una red colaborativa que permita el acceso a la cultura a segmentos cada vez mayores de la población. En esa medida, queremos atraer a nuevos públicos al Museo pero también invitar a aquellos que ya lo frecuentan a acercarse a otras formas de arte y cultura, especialmente aquellas que surgen de los territorios que conforman hoy ese entramado de vivencias que es la ciudad.
Por medio de la articulación de procesos y productos culturales diversos, la exposición quiere contribuir a una reflexión sobre el entorno del que surgen y aportar con visión, pensamiento o acción a la construcción de un entorno que promueva mejores condiciones para todxs. No será un decálogo de buenas prácticas, sino un muestreo inevitablemente incompleto de procesos orgánicos que surgen y se vuelcan sobre esta ciudad que tanto ha visto, en materia de ciudad y cultura, en las últimas décadas.
Medellín. Pulso de la ciudad es también una invitación a que individuos, colectivos, organizaciones e iniciativas de ciudad habiten el museo y lo hagan suyo. En este sentido, la exposición incluirá la participación no sólo de artistas, grupos y colectivos sino también de organizaciones que vivirán y operarán desde el Museo por la duración de la exhibición y que lo convertirán en un espacio compartido, vivo y dinámico.
El museo, así, se asume no como un único espacio, ni como una vitrina o un muestreo, sino como un centro de operaciones que se articula con otros nodos en la ciudad y se relaciona de forma más directa con experiencias locales y acciones in situ. Nos interesa el arte y la cultura en un sentido ampliado, no solo desde la producción de objetos, sino como proceso y pregunta frente a los cambios que vivimos en la ciudad.